Trabajar la presencia en red.

«¿Te ha sorprendido lo que la red sabe de ti? ¿Crees que es importante estar presente en la red? ¿Qué usos les estás dando a tus redes sociales?»

Son muchas de las preguntas que deberíamos de hacernos las personas que trabajamos y navegamos constantemente en internet.

Si esto me lo hubieran explicado cuando era adolescente, entonces, probablemente no me hubiera descargado tantas aplicaciones y no me hubiera hecho tantas cuentas con mis datos y mi dirección.

Es increíble, como TODO, queda registrado en internet.

Me ha dado un poco de miedo y a la vez de pánico saber que cualquier persona que quiera investigar sobre mi puede dar perfectamente conmigo.

¿El derecho al olvido es 100% seguro y efectivo? Mmmm, permíteme dudarlo…pero las intuiciones a veces, están en lo cierto.

«El derecho al olvido en Internet es uno de los mecanismos introducidos por el RGPD, con el fin de proporcionar una mayor protección y control a los ciudadanos sobre sus datos personales.

Este derecho facilita al interesado la posibilidad de requerir que sus datos personales “desaparezcan” o “no dejen rastro en la red”. (Yolanda González, 2018).

Días atrás, ví un vídeo real en Instagram de una chica que denunciaba lo que le había pasado con un seguidor . Era de película de terror psicológico, total.

La chica contaba cómo al ser amable con los mensajes de ese seguidor, un día de repente, su vida se vio patas arriba.

El acosador no hacía nada más que hablarle, insistirle y seguir sus pasos a través de internet. Por lo visto, la chica es artista y como tal, en su página consta la dirección de su taller de pintura. Pues bien, este acosador tras investigar acabó dando con su paradero. ¡Menuda locura!

Es decir, ¡con su domicilio actual! Lo peor es que, esta persona le hizo saber mediante descripciones que había estado en su portal justo delante de su puerta, de su propio piso. ¡Qué escalofríos!

En ese momento, me asusté porque entendí perfectamente a esa chica. Entendí su desesperación y por qué denunciaba públicamente (en comisaría no le habían hecho ni caso al no ser un “problema real”).

Cualquier persona que quiera saber el paradero de alguien, lo sabrá. Y todo esto, gracias o desgraciadamente a internet.

No somos conscientes, y yo la primera, de que todos nuestros datos personales están a tan solo un “click”.

¿Hasta qué punto nuestra privacidad se está convirtiendo en pública? ¿Somos nosotros los responsables o realmente existe un gran peligro ahí fuera y no somos conscientes? Reflexionando sobre el caso anterior, sí creo que hay una amenaza latente que puede hacer que todo se vuelva en tu contra de la noche a la mañana.

Y sino, que se lo digan al “asesino de gatitos” a ver qué opina. Esa serie-documental (Don’t F**k With Cats: Hunting an Internet Killer, Netflix) me dejó traumatizada y lo peor, es que, todo eso que pasa es real. ¡Real!

Ahora bien, ¿qué debemos hacer ante estas agresiones y aberraciones? Optar por «el derecho al olvido» y no poder trabajar online o abiertamente al público por casos de mentes como estos? ¿Ocultarnos en el campo porque no estamos seguros ni a través de nuestras pantallas?

Hay un documental The social dilema, Netflix (2020) en la que cuentan cómo agencias trabajan para filtrar noticias falsas en las redes y crear así, polémica y enfrentamientos entre las personas de distinta ideología. Llegando al punto, de provocar tanta rabia y odio, que la muerte mueve ficha.

Uno de los posters de "The Social Dilemma", con el eslogan: "La tecnología que nos une es también la que nos controla". Netflix
Uno de los posters de «The Social Dilemma», con el eslogan: «La tecnología que nos une es también la que nos controla». Netflix

«Los datos duros que presentan, y que no son pocos, son abrumadores: incremento de adolescentes con depresión y aumento en la tasa de suicidios en este mismo rango de edad desde la era del internet.» como afirma María Serrano Vicente, redactora de la revista TELVA, 2020.

Quiero pensar que internet tiene también sus cosas buenas como movilizar a la gente, llegar a más personas con tu negocio, dar a conocer noticias reales… pero la verdad es, que es un arma muy letal con la que podemos destruir y manipular a los demás.

Ahora mismo echo la vista atrás y pienso en mi adolescencia y en mi total y absoluta inconsciencia. Pienso en los blogs y páginas en los que me inscribía y me inscribo, en lo que cuelgo en Instagram y te prometo, que si pudiera lo borraría todo por completo. ¡Qué miedo! Si hasta nos escuchan por el móvil y todo…

¿Se puede borrar el rastro que dejamos en internet?

No, absolutamente no.

No obstante, creo, que estas charlas sí deberían de ser obligatorias en la educación. Ya que es nuestro deber crear una generación consciente y libre de manipulación, abuso y odio.

Así que, antes de hacer cualquier locura de la que puedas arrepentirte, piénsalo dos veces antes de hacer “click”.

María Temprado.

 

 

Revista Telva: https://www.telva.com/cultura/2020/09/23/5f6b049602136e1d978b45bc.html